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democrticas? Por lo visto haba cierta probabilidad de victoria para este curso; poda realizarse sobre la base
de una tendencia al desarrollo de la autogestión y de otras formas de auto-organización en el periodo de
 reconstrucción . Pero esta probabilidad era objetivamente pequea; el factor subjetivo  el movimiento
democrtico y socialista organizado- era extremadamente dbil).
Como resultado del auto-desmoronamiento del  socialismo el mundo se halló ante una nueva
realidad, que no por accidente coincida con la tercera etapa de la gnesis del socialismo y del proceso de
auto-negación del capitalismo post-clsico.
En ese mundo los diversos  clanes del capital corporativo alcanzaron una hegemona cercana a
absoluta. Sin embargo, en las condiciones de las contradicciones inmanentes a la propia naturaleza del
capital corporativo y tambin entre los diferentes  clanes de aqul, entramos en el umbral del siglo XXI al
estado del  nuevo desorden mundial .
Entre sus caractersticas est el crecimiento de la influencia y del gigantesco papel (hasta la mitad de
los ocupados, en los pases desarrollados) del sector perverso: compuesto mayormente de la esfera
parasitaria que manipula con capital ficticio, operaciones financieras, con la dirección burocrtica, con el
marketing, etc., y que se ha convertido en una forma irracional de utilización de los RTI; en particular de las
tecnologas computacionales, que es casi el mayor logro tecnológico de finales del siglo XX. Sobre esta base
las corporaciones transnacionales (y sus alianzas explcitas e implcitas) de firmas privadas se convirtieron en
centros de la hegemona del capital mundial, de la regulación no sólo económica, sino tambin de la vida
poltica, ideológica de la comunidad mundial. Poseyendo semejante poder, ellas profundizaron su
articulación con los institutos de opresión estatales nacionales y con los internacionales y transnacionales
(ejemplo de los cules son la OTAN, las cumbres del Grupo de los 7, el FMI, etc.).
Como resultado se conformaron una suerte de  clanes transnacionales que incluyen: las CTN
unidas en grupos informales, los empleados asalariados de estas corporaciones que estn en completa
dependencia de ellas (no sólo económica, sino tambin con toda su vida, a veces incluso moralmente); los
lobbies que representan a las CTN y a sus grupos financieros en los institutos estatales nacionales e
internacionales; y en ciertos casos los propios órganos represivos e ideológicos de estos  clanes , ms los
que controlan las IIC.
Surge la cuestión de la distribución de los derechos de propiedad: gran parte de ellos no est
simplemente concentrada en las manos de los poseedores del los capitales, sino en la cspide de sus uniones
corporativas, en las elites (que poseen formalmente en ciertas ocasiones una fracción no grande de las
acciones), con una difusión significativa de la plenipotenciariedad de administración. Unida a las profundas
contradicciones internas, esta difusión genera la burocratización y la desorganización en la distribución de
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los derechos de propiedad.
Estos cambios se montan en el mundo contemporneo sobre la ola del neoliberalismo o, con mas
precisión, del  neo-individualismo y la  neo-privatización de toda la vida económica y social, ocasionada
por esas mismas causas fundamentales.
La  neo-privatización abarcó no sólo las relaciones de propiedad, sino tambin esferas económicas
tales como la de las relaciones concernientes a las divisas. El poder de los grupos financieros, junto a la
universalidad del mercado financiero y la simple ausencia de información sobre el movimiento de las divisas,
subvierten la regulación estatal de la circulación monetaria. Pero ello es sólo un smbolo del proceso general.
La  neo-privatización llegó al poder estatal: las corporaciones  privatizan (utilizando mecanismos de
lobbies, de corrupción, etc.) a algunos empleados estatales, a parlamentarios particulares e incluso a
 segmentos enteros del aparato estatal, cuando no tambin a los gobiernos de ciertos otros pases. La  neo-
privatización invadió la vida personal (el auge del separatismo, de la desvinculación, del aislamiento del
hombre con respecto a los problemas sociales), creando la tendencia a la resistencia no sólo corporativa sino
profundamente individualista, privada, a la asociación libre y a la creación social. Todo esto fortalece a la ya
sólida dependencia del hombre con relación a la hegemona del capital corporativo; como resultado, el
hombre cada vez ms se manifiesta como customer, es decir, como cliente de las corporaciones, y no como
ciudadano.
En condiciones de agudización de los problemas nacionales, de las contradicciones  Norte-Sur ,
estos procesos provocan el crecimiento de las pseudo-asociaciones: uniones nacionalistas, chovinistas, de
clanes, etc. En ellas el conformismo de las personas individuales, su trato social formal (como ciudadanos de
algn Estado que sirven a alguna corporación, etc.) y no la actividad social libre conjunta, es el que une a la
gente y por eso se tornan esclavos de este enlace formal, en herramientas en las manos de las elites
corporativas, nacionalistas (y, en condiciones extremas, militaristas e incluso fascistas).
La protesta personal irracional contra ello: la adicción a drogas, la criminalización de la vida, el
terrorismo. se convierte en el anverso de este separatismo individual, de la dependencia corporativa del
hombre, del conformismo harto y de la hipocresa asfixiantes. El mundo  civilizado , utilizando su
poderoso aparato de violencia intenta  desplazar estos fenómenos hacia la periferia. Pero los pases
desarrollados estn signados a permanecer como objetos fundamentales del comercio de drogas, del
terrorismo y del delito, pues precisamente ellos concentran en sus manos la parte leonina de la riqueza social
creada por la humanidad y son los ms sofisticados en los intentos de sepultar las contradicciones
indefectibles de su orden social (lo que inevitablemente conlleva una reacción individual dolorosamente
deformada de una población exteriormente en bienestar).
Finalmente, en el mundo tuvo lugar el derrumbe del contradictorio equilibrio  peligroso, pero de
todas formas relativamente estable- de dos bloques que posean armas nucleares. En el presente, las armas de
exterminio en masa en esencia estn  privatizadas por las elites burocrticas de un puado de Estados, los
cuales son potencialmente capaces de utilizarlas para sus fines geopolticos en las circunstancias del  nuevo
desorden mundial .
Los rasgos bsicos del  nuevo desorden mundial son: el poder de las corporaciones, reguladoras no
sólo de la economa, sino tambin de la sociedad y  privatizando (los lobbies, la corrupción)  crculos
aislados de los institutos nacionales estatales e internacionales, con el fortalecimiento de la competencia y de
la contradicción entre las CTN; el aislamiento y el conformismo de la vida personal, cada vez ms
dependiente del capital corporativo; las contradicciones entre clanes y entre Estados, el militarismo y el
nacionalismo, que generan infinitas guerras  locales ; la agudización de las contradicciones globales
(especialmente las del  Norte-Sur ), en condiciones de la  privatización de las armas de exterminio en
masa.
Esta atmósfera crea condiciones en extremo desfavorables para el desarrollo del socialismo (en todas las
hipóstasis), que no por accidente se halla en un estado de profunda crisis. Su superación puede estar
vinculada ante todo saliendo al segundo nivel de la estrategia de las fuerzas socialistas tratada ms arriba.
Hipertrofiada expresión (y en una serie de casos  la UEI y otros- por lo visto paródica, e incluso
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monstruosamente trgica  Yugoslavia, Chechenia, Abjasia, Tadzhikistan) de las contradicciones del  nuevo
desorden mundial llegaron a ser los pases con sistemas económicos, sociales y polticos -y con cultura [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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